Esta famosa escena resulta una de las más vigorosas y sugerentes realizadas por Vincent van Gogh. En pocas obras ha mostrado la naturaleza con tanta fuerza como aquí. Vincent se encontraba recluido en el manicomio de Saint-Rémy desde el mes de mayo de 1889 y empieza a mostrar en sus obras lo que contemplaba desde su ventana. La noche le había atraído siempre - El café nocturno de la Place Lamartine de Arlés o Terraza del café de la Place du Forum en Arlés por la noche - especialmente porque se trataba de una luz diferente a la que se había empleado en el mundo del arte hasta esos momentos. Es de destacar el tratamiento de la luz de las estrellas como puntas de luz envueltas en un halo luminoso a su alrededor, obtenido con una de las pinceladas más personales de la historia de la pintura: un trazo a base de espirales que dominan el cielo y los cipreses del primer plano, tomando como inspiración a Seurat y la estampa japonesa. Al fondo se aprecia la silueta de un pueblo con la larga aguja de la torre de la iglesia presidiendo el conjunto. Las líneas del contorno de los edificios están marcadas con gruesos trazos de tonos oscuros, igual que las montañas que recuerdan la técnica del cloisonnismo empleada por Gauguin y Bernard. Los tonos que Van Gogh utiliza son comunes a todas las obras de esa etapa (primavera de 1889): malvas, morados y amarillos que muestran el estado de ánimo eufórico del artista, aunque dan la impresión de predecir la grave recaída que sufriría Vincent en el mes de julio. 

Tenga siempre en cuenta que nuestras láminas se sirven siempre listas para colgar, sin necesidad de añadir ningún tipo de marco. Para protegerlas de la humedad, el polvo y la suciedad, todas las láminas se tratan adecuadamente, aplicando un texturizado plástico (mate) o imprimándolas sobre cristal (brillo). Nuestro artículo más básico consiste en el pegado de una lámina sobre un tablero de un centímetro de espesor, mediante una prensa de vacío. Este proceso da como resultado un encolado perfecto, obteniendo una superficie lisa y sin imperfecciones. Para acabar de conferir al cuadro el aspecto típico de nuestros artículos, se decora el perfil del tablero con un tinte que le proporciona una apariencia de envejecido natural y un acabado completo. En cualquier caso, siempre tendrá disponibles además las siguientes opciones de enmarcado:


Cerco sencillo de madera en diferentes colores: Ésta es, sin duda, la evolución natural de la lámina en concepto de decoración. Se trata de un perfil de madera en forma de L de poco más de medio cm. de anchura. A pesar de su sencillez, resulta suficiente para sujetar la imagen, colgarla y delimitar correctamente su separación del entorno. Este perfil no admite la enmarcación con cristal.
El veteado de la moldura es muy fino y elegante y su terminación sin nudos ofrece un acabado ideal para cualquier decoración. Además, su escasa anchura permanecerá siempre en armonía con el entorno. Para un acabado aún más original, dejamos un espacio de medio centímetro entre la tabla y el cerco, dándole un aspecto al cuadro todavía más atractivo.
En resumen, una pequeña moldura que nos permite enmarcar cualquier tipo de lámina con mucha sutilidad y si agravar excesivamente el coste del articulo.

Perfil de aluminio en diferentes colores: Una fina moldura de aluminio de 6mm, muy liviana, fácil de colgar y reutilizable. Muy utilizada por profesionales en muestras y exposiciones, ya que resulta muy sutil y en ningún caso roba ningún tipo de protagonismo a la obra enmaracda. Ideal para encarcar fotografías. Esta disponible en tres colores: plata anonizada, blanco y negro.

Moldura lisa sencilla: Este es un perfil de madera muy básico, adecuado para cualquier tipo de lámina. Como todas nuestras molduras, este perfil está disponible en varios tonos y colores. Se trata en cualquier caso de un montaje fácilmente manipulable y muy ligero.

Si necesita más detalles, no dude en ponerse en contacto con nosotros.